Retirado en 2014 por sus problemas de rodillas, más de una década después, una jugadora china ha recogido el testigo de Yao Ming y empieza a impresionar a los expertos del baloncesto mundial. Pero Yao Ming no solo destacaba por su impresionante altura, sino que era un enorme dominador de la zona y, además, gozaba de muy buena mano. Con nosotros, no solo obtendrás una camiseta que muestra tu lealtad, sino que también contribuirás a apoyar el deporte que amas. Una imagen que dista mucho del recuerdo que Ricardo Lacruz guarda de su compañero de clase, con quien compartió aula y colegio hasta octavo de EGB. Tanto que Aaron Gray llegó a quitarle el puesto de pívot titular, kobe bryant camiseta hasta que el Noah combativo de sus años de college y su primera temporada en la liga resurgió y se hizo de nuevo con el puesto de 5 titular. Su madre, Madgalena, era funcionaria de la Seguridad Social hasta que, con 40 años, decidió hacer la carrera de Derecho, justo cuando su hijo Pedro estaba cursando la carrera de Ciencias Económicas y Empresariales en la misma universidad que su madre, la Complutense: “Mi madre nos tuvo muy joven, a los 20 años.
Era un colegio muy pijo y muy de derechas”, continúa nuestra fuente, que aún hoy recuerda vivamente los momentos que convivió más cerca con Pedro Sánchez. Siempre se ha dicho que el pijo del jersey amarillo era del Santa Cristina y alguna vez los vimos pasar en un Ford Escort descapotable. Durante la temporada regular su porcentaje de tiro bajó del 50% por primera vez en su carrera (47,5%) y promedió la anotación más baja de su carrera 10,1 puntos. Con Giannis Antetokounmpo brillando a un nivel superlativo (26 puntos, 19 rebotes y 10 asistencias) y el apoyo de Damian Lillard (23 puntos), los Bucks se proclamaron campeones y cada jugador del equipo recibió un jugoso premio de 514.000 dólares. El francés Rudy Gobert también terminó con un doble-doble con 14 puntos y 10 rebotes. En la vida no siempre se tiene razón”, recuerda Gloria Polanco, que trabajó en el centro durante 15 años y fue profesora de Pedro Sánchez durante 5º y 6º de EGB: “Era un chico discreto, luchador y respetuoso.
Si del Santa Cristina Sánchez no guarda amistades ni comparte recuerdos, nada de eso le ocurre con su querido instituto: “Los que se hicieron amigos con 13-14 años en el equipo de basket siguen siendo una piña a día de hoy”, asegura uno de los implicados que prefiere guardar anonimato. Todos en el Estu, como se conoce al equipo de baloncesto, cierran filas con el presidente y pocos quieren compartir hazañas o aventuras. La liga se expandió con un nuevo equipo, los Erie BayHawks, propiedad de los New Orleans Pelicans, que se hacían con la antigua denominación del equipo que pasó a convertirse a partir de esta temporada en los College Park Skyhawks, siendo propiedad de los Atlanta Hawks. Desde entonces, la NBA ha dado a conocer a superestrellas como Michael Jordan, Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar, Kobe Bryant y otros innumerables nombres que cimentarían la liga en la popularidad internacional. Durante ese tiempo, lideró la liga en porciones ofensivas de victorias seis veces y estuvo en el top 10 en porciones defensivas de victorias cinco veces.
Al parecer, era bastante bueno haciendo el backspin, ese movimiento en el que se apoya la espalda en el suelo y se gira sobre uno mismo. Tal era la fama internacional de Mario Alberto Kempes que llevó al Valencia a disputar tres partidos de gira en Japón en verano de 1979, algo muy poco habitual en aquellos tiempos. Muy acertado. Era sin duda el que tenía mayor conocimiento de causa”, recuerda Ricardo Lacruz, compañero de colegio de Pedro Sánchez, contando una anécdota relacionada con su hermano David, que hoy trabaja como director de orquesta. Y de repente apareció David, el hermano de Pedro Sánchez, con un chándal gris y una gorra roja. La familia de Pedro Sánchez, sin embargo, pertenecía a una clase media acomodada: “Funcionarios, gente seria y trabajadora”, continúa Gloria Polanco, que tampoco reconoce en el presidente al niño que se sentaba en su aula: “Entonces no tenía madera de líder”. Según Polanco, el Santa Cristina era un centro de élite (la matrícula mensual costaba unas 25.000 pesetas, que hoy equivaldrían a unos 500/700 euros): “Su alumnado mayoritario era gente bien del barrio de Salamanca”, continúa esta profesora de raza, que a pesar de haber trabajado en la enseñanza privada es una firme defensora de la educación y la sanidad públicas.